lunes, 10 de mayo de 2010

Sacerdotisa del Eros: Delmira Agustini


Portada de El Libro Blanco de Delmira Agustini

‘Sacerdotisa del Eros’ según Alberto Zum Felde. De personalidad melancólica y sensitiva. Fue amiga y discípula de Rubén Darío, aunque el maestro no dudó en encumbrarla y considerarla de la misma estepa que a Santa Teresa en su exaltación mística.

Poeta autodidacta, con habilidades en música y otras artes, a la edad de diez años ya solía componer versos. Aunque los que la conocían se extrañaban del por qué una mujer tan reservada, puede escribir con matices eróticos.

¿Cómo de su pluma pudieron nacer versos tales que nos transmitan el ardor de un deseo ferviente? Es que su espíritu maceraba el más exótico licor que su cuerpo aún no se atrevía siquiera a soñar. 

Se desposó con Enrique Job Reyes, su novio de toda la vida, pero al que la unía un vínculo que distaba mucho de ser la pasión avasalladora que nos dejaba entrever en sus poemas. Pese a esto, fue una ceremonia con ‘todas las de la ley’en la que tuvo como testigos nada menos a que Juan Zorrilla de San Martín y Manuel Ugarte. Pero fue éste último, el espectador que en poco tiempo se volvería en protagonista en la vida de Delmira.

Los recién casados tuvieron una luna de miel apartados como era menester a quienes ahora eran esposos y ya no novios. Y aunque tal vez la esposa se hubiera desposado con  la intención de vivir armoniosamente, no soportó que su marido fuera un hombre simple y ordinario, un hombrecito que miraba el mundo sin inspiración alguna, sin la visión ni el ideal poético que ella  poseía naturalmente. Sumándose a esto el ultraje del que era víctima por parte de éste, que la descalificaba, lanzándole continuamente frases humillantes y penosas. Delmira solicitó el divorcio y sin esperar mucho, le fue concedido. Fue un momento de cambios decisivos y situaciones difíciles en su vida, pero una ilusión que florecía sin esperanza –incluso antes de su boda con Enrique Reyes- renacía con fuerza en su corazón. Es así que inició una relación apasionada con Manuel Ugarte –testigo en su casamiento- con encuentros amorosos en los que la poetisa vivió una sexualidad intensa.  Pero… ¡por Dios! ¡Un abrigo de angustias, tejido para un pecho poético la tuvo que abrigar!

Aquí es que acaece el desenlace fatal, cuando el ex-esposo, en su frustración de perdedor, le pide entrevistarse con él –sabrá Dios en qué términos-. Si discutieron o evocaron algún sentimiento agradable de su larga y terrible relación en ese encuentro, se desconoce. Pero Delmira Agustini, terminó muerta de dos balazos en la cabeza a manos de su ex-esposo, que inmediatamente después, no pudiendo soportar la culpa, se suicidó.

‘La Nena’, como la llamaban y como solía firmar a veces fue una referencia para las poetisas de las siguientes generaciones en Latinoamérica, su lírica dócil y lasciva jamás constituyó un solo rasgo de vulgaridad. Su ‘Boca a Boca’ es especialmente oscuro y dulce a la vez. Un verdadero embeleso… ¡Qué descifrar ha hecho del acorde de un beso!

1 comentario:

 Mayte dijo...

Deliciosa poesía, deliciosa mujer.

Biko, Delirio.